jueves, 25 de octubre de 2012

Análisis de la Arena de los Esteriotipos

Papel de los Medios de Comunicación en Colombia hoy en día.

Hay un problema notorio entre la que Sean MacBride define como la base para avanzar hacia una comunicación más democrática y es la confusión del concepto de necesidad de la Opinión Pública (Si bien, este último concepto no es del todo preciso.)

Los Medios Masivos de comunicación, en especial la televisión, programan sus contenidos de acuerdo con el consumo y los hábitos que ellos mismos generan. Esta pareciera ser la forma adecuada de dar a cada quién lo que quiere, o por lo menos, esa es la primera razón que se argumenta para excusar el déficit de contenido con mayor peso cultural y educativo. Sin embargo, si no hay muchas opciones, ¿en realidad hay libre elección? En segundo lugar, argumentan la escasa rentabilidad que ese tipo de contenidos tienen. Sin embargo, además de permitir la comercialización de la información, el periodismo televisivo se ha inclinado más hacia su naturaleza mediática, dejándose invadir por el utilitarismo de una profesión de servicio.

Si se tiene en cuenta el hecho de que lo que le sirve a la gente es atender a sus necesidades, se evidencia cuán avanzada se encuentra la tendencia a complacer el capricho y sostener la instauración vertiginosa de falsas necesidades. Suena a una lógica mercantilista ¿Dónde queda lo que es vital, inherente y trascendente?

Esa desatención de contenido y de las necesidades sociales de los colombianos deriva en muchas dificultades socioculturales como lo son:
  1. La indiferencia ante el conflicto armado.
  2. La estereotipación de las actividades cotidianas.
  3. La sensación de tener escasa participación en la sociedad y de posterior desarraigo.
  4. Sensación de que hay una sociedad oculta y restringida.
A esa restricción, los M.M.C, hoy en día, no le abonan mucho más que realities, novelas, espacios de farándula y otros contenidos que, también ayudados por los publicitarios, reafirman estereotipos homogenizantes, tanto en hombres como en mujeres, (ser 90, 60, 90; tener buenos músculos; ojos claros; ser "culto"; ser rico, tener, tener, comprar, poseer y tener.)

Pero lo que más aparece como preocupante de esa confusión, que en realidad parece más una manipulación macabra confabulada a la creación de hombres-masa con la característica vital de consumir, es que el espacio para reconocer esfuerzos meritorios, para divulgar los derechos de las comunidades, para generar espacios de reflexión se ve reducido a ser una venta de datos desconectados y desarticulados del contexto real que en realidad no obedece a los intereses noticiosos y las necesidades informativas (en cuanto a necesidades de saber del entorno para moverse y actuar en él, para entenderlo y significarlo) de la población:

¿Qué le puede importar a un líder indígena del Cauca que Elianis haya 'mechoneado' a Oscar en Protagonistas de Nuestra Tele? 

Pero lo que es peor es que el cubrimiento está tan desligado de las realidades sociales que los MMC cubren los sucesos mostrando a un oficial del ejército llorando sin siquiera referenciar la Masacre del Naya (2001) que se podría considerar como uno de los antecedentes directos del conflicto con el que la población indígena ha convivido, en tensión con las Farc, el ejército y los paramilitares. Muy parcializado.

Así, se evidencia la falta de oportunidades, y de diversidad de enfoques, que pueden, deben, mantener los cubrimientos noticiosos. En este caso, los indígenas, como podría haber sido cualquier otra minoría cultural o grupo minoritario, no contaron con digna representación, en voz e imagen, dentro de la macro estructura mediática, centralizada y jerárquica que manejó la (re)producción de la información. Porque preferir el testimonio de una fuente oficial, sin mostrar la versión de la contraparte, por sobre el de aquellos se suponen son los que realizaron la afrenta a un oficial que luego salió llorando ante las cámaras, es una estrategia de ventas bastante sucia y plantea un alejamiento de la igualdad que todo deberían tener para y al comunicarse (igualdad que plantea MacBride).

Pero, sin ser fatalistas, por otra parte, ¿Qué le puede interesar (y también qué tanta autonomía de significación los MMC permiten desarrollar) a la persona que ve el noticiero, en la sala de su casa, que en el Cauca (zona de la escasamente tiene referencia geográfica y en el mejor de los casos del clima, zona de la que seguro desconoce historia, antecedentes, etc.) haya o no una confrontación armada? Seguramente, sin tratar de generalizar del todo porque aquellos que tengan contacto le importará lo mismo que le importa por dos segundos el huracán Katrina, el conflicto árabe palestino, el hacinamiento de las maquilas en India, los problemas de desplazamiento y crímenes de lesa humanidad en Sudán, la hambruna en África... dolorosamente etc. 

Aunque es una generalización odiosa, de la que se debe entender que no es del todo posible (me refiero a que nada es sólo negro o sólo blanco), la 'cultura mediática' del país no tiene la costumbre de dimensionar las problemáticas con el contexto histórico y sociocultural correspondiente. Por lo que, el criterio noticia más importante (después del 'editorial', que sería vender) parece ser la proximidad (es difícil definir proximidad en un mundo tan virtualizado como el actual, el peligro está en la creciente tendencia inestable de que lo próximo sea lo afín; es decir, que las semejanzas sean unicamente en términos de gustos y de consumos. Pero esa no es la cuestión). 

Lo local opaca tanto las demás problemáticas que, como muchas personas (por diferentes situaciones tecnológicas o sociales) no tienen un contacto, ni siquiera informativo, ni con el Cauca, ni con los israelíes, ni con los indios, ni con Sudán... etc, se les vuelve más importante aquello que pueden identificar fácilmente ¿Y qué identifican? pues lo que ven... ¿Qué ven? ¿Qué tanto ven? ¿En qué volúmen consumen lo qué ve? ¿Qué es lo que más se muestra? Nos encontramos en la arena de los estereotipos. Entonces, lo importante es aquello que se ha consolidado como lo cercano, lo 'accesible': la farándula, el consumo, los chistesitos, el lavadero, protagonistas... Y sin ánimo de ofender los gustos, a las noticias lo que es de las noticias y al entretenimiento lo que es del entretenimiento. 

¿Con este panorama qué se tiene?
  1. Vacíos de información.
  2. Desarticulación entre hechos, contextos y consecuencias.
  3. Disminución de la relevancia y la vigencia que puede tener una información. 
Todo este fenómeno desemboca en la creación de 'Comunicaciones Alternativas', un concepto relacionado con el que planeta Ignacio Ramonett sobre el 'Quinto Poder' en una alusión a la necesidad de contrainformar. Este último concepto nace como una forma de equilibrar el Cuarto Poder (concepto asociado al papel de vigilancia que ejercen los MMC con la sociedad en los poderes tradicionales. El Gran Hermano). Las Comunicaciones alternativas son formas de comunicación que, a pesar de su probable rudimentariedad, se concentran en el contenido y no en el medio, consiguiendo promover la comunicación interpersonal y, por ende, lo más importante, el debate realmente público. Es un aspecto de suma importancia, porque para lograr una verdadera democratización, es vital una consciencia crítica y reflexiva tanto del consumo de medios, como de la realidad misma. Porque esa actitud, de duda y de construcción, incrementa un escrutinio crítico autónomo individual, consciente e incluyente, donde la participación confluye para proponer, opinar, sostener y cambiar posturas y finalmente lograr soluciones, cumplir objetivos. 

Ese derecho a comunicarse, que implica no sólo poder recibir e interpretar la información, sino también poder trasmitir ideas e información a través de todos los medios posibles, por encima de cualquier frontera (tanto social como política), está aún en desarrollo incipiente porque no está bien difundido, promovido ni dimensionado con los alcances que debería ser, tanto local como social, nacional e internacionalmente.

Es evidente también la ausencia de un compromiso social mayor (más que comercial o financiero) con la promoción y atención de las necesidades reales de la sociedad: La necesidad de asociación, de información y de desarrollo esta última con el crecimiento de la actividad en la vida pública, que discuta lo que necesita, lo que le sirve, lo que le interesa, lo que la une y lo que quiere hacer por todos.
  • Este texto responde a un análisis de los apartes del informe MacBride: Una comunicación más democrática; La guerra y el desarme.

miércoles, 22 de agosto de 2012

La actuación de los medios y los periodistas en la sociedad contemporánea.


Así como los discursos políticos se arraigan buscando una soberanía, bien desde la religión o bien desde la naturaleza,  los actores políticos y sociales, que manejan los recursos tanto humanos como económicos dentro del sistema socio-cultural actual, se valen de diversos modos para el control y el mantenimiento del que se puede decir es un lugar privilegiado que les confiere el poder, entre ellos los medios de comunicación.
La jerarquía de control que se ha impuesto en la actualidad viene conformándose a lo largo del tiempo por tradiciones pre y post modernas que combinan tanto la corriente religiosa de proveniencia divina del poder como la corriente de los “derechos naturales”. Es decir, la esfera política y social, sus acciones y limitaciones, se están valiendo de los medios que puede abarcar el hombre para sostener una esperanza. Se están adueñando de la creación  del hombre.
Como se vio en “La nueva Visibilidad” de John Thompson[1] , el crecimiento paulatino de lo público por medio del desarrollo tecnológico, técnico y cultural de los medios de comunicación y la sociedad, amplió la forma de trasmisión de la información y la forma en que ésta adquiría relevancia. Poco a poco, los entes dominantes que imperaban en las esferas públicas, que además de los actores y entidades públicas comenzaron también a ser las entidades privadas, fueron adaptando discursos enraizados con valores y fines (la Felicidad, la Prosperidad, el Bienestar… etc. Casi que cualquier sustantivo bonito) que pretendían la salvación por medio de un héroe, bien fuera un líder o un producto.
Hay que decir, que lastimosamente, tanto “La Historia de las Cosas” de Annie Leonard, como el capítulo de la pasión del poder de José Marina[2] no exponen muy concretamente el papel que los medios de comunicación tienen dentro de ese cambio cultural tan vertiginoso en el que ha caído la sociedad “occidental” y la “tercer-mundista”, ni tampoco, el poder que ha adquirido a través del tiempo, pero sí sientan unas bases interesantes para el análisis que prosigue a continuación.
Además de haber una marcada tendencia a la “productividad”, concepto que es producto de un razonamiento utilitarista, hay una necesidad social, casi ciega, de credibilidad y es esa la que los medios de comunicación son capaces de configurar. Pero lo hacen no solamente mostrando ciertos aspectos determinados (como puede ser en elecciones el debate de los candidatos presidenciales más conocidos, y de partidos políticos tradicionales), sino también decidiendo la forma, el momento en que se muestra y lo que no se muestra.
Porque después de que se amplió el espacio de la visibilidad pública, los vacíos o silencios mediáticos pueden llegar a ser interpretados casi como mal augurio. Lo que da carta abierta a las especulaciones de todo tipo y al crecimiento de una ansiedad colectiva por ver u oír algo que le suene creíble para poder continuar en sus labores cotidianas.
Marina expone una parte de la cara oscura del poder político y su ejercicio muy interesante, que fue planteada por Aristóteles.  Las formas de control que ejerce la tiranía. El envilecer el alma de sus súbditos, el sembrar entre ellos la desconfianza y el empobrecer a sus súbditos
Más, estos conceptos son identificables con el hoy en día. Claro, con unas variaciones sutiles, que lo único que han hecho, a la larga, es anchar un poco el espacio tiránico para que quepan en él no sólo los líderes sagrados, sino también, los grandes imperios comerciales, entre otros.
Pero vale aclarar en este último punto, que esa amplitud del espacio es aparente, porque, aunque el poder se haya diversificado y no haya una cara determinada para poner al mando, los intereses particulares bajo el nombre de “occidentales” parecen ser los dueños de la jerarquía del poder; es decir, los amos del mundo.
El envilecer el alma de sus súbditos:
Más que ser pusilánime, es ser desinteresado. Es claro, que un hombre atareado con sus quehaceres diarios, sobre-informado con sus intereses afines de entretenimiento en farándula o deporte, amedrentado por la dificultad de las decisiones en un mundo tan cambiante y esperanzado en su posibilidad de obtener placeres, como viajes y adquisición de bienes y asociaciones interpersonales, es una persona que no conspira porque no le interesa. En realidad, no tiene el ánimo en lo absoluto de inmiscuirse en el camino de nadie, porque desconoce e ignora dicho camino.
El sembrar desconfianza entre ellos:
¿Qué mejor que poner en competencia continua a los pares para que a pesar de que no lleguen a hacer nada individualmente, no puedan ni quieran unirse? Con un ambiente como el actual, donde la obsolescencia es cada vez más común, tanto en objetos como en hombres, la adquisición tanto de bienes como de poder, para sentirse más trascendente, más importante, se ha consolidado como la única idea de la Felicidad de la vida.
Lo paradójico de este asunto es que si bien la gente se deja tratar con esa concepción masiva, que decide qué está bien y cuál es el fin último al que debe llegar (casa, carro, beca… tener, tener, tener, mostrar, botar, comprar y tener de nuevo), también, como se ve en su miedo y su posterior desinterés, se sabe incrédula, incapaz, completamente mínima. Así que, aquellos que tienen habilidades superiores y han sido aún más competitivos y han logrado aún más esa felicidad ejemplar, son más que ellos, más que cualquiera que no posea más, porque ello diría que el segundo posee aún más cualidades.
El empobrecer a los súbditos:
 Y he aquí que todo parece concadenado. El individuo tiene miedo, no quiere ni le importa saber nada que le implique decidir o pensar, se ve a sí mismo capaz de ser competitivo y ganarle a su igual, pero incapaz ante los que tienen más que él; y si eso no lo hace lo suficientemente pobre, pues, que gire la pueda de la pobreza no sólo emocional, personal y espiritual, sino la más fáctica y la que más duele por la presión psicológica de la sociedad occidentalizada, la económica.
Los que lo logran llegan como pueden al ideal de gastar, gastar, consumir, botar, comprar y gastar. Y los otros, entre conflictos sociales internos, armados o de violencia cultural, entre monopolización de los recursos, entre exportación de las materias primas, entre el detrimento de suelos y recursos vitales (como agua y comida), entre problemáticas de guerra y problemáticas de intereses nacionales y particulares, tienen que agarrarse de donde puedan para poder al menos vivir con algo de dignidad y lo que es peor, sufrir el rechazo de no poder gastar como deberían hacerlo; y a veces, sacrificar lo primero con tal de matizar lo segundo.
 En el caso de Colombia, los desplazados, los violentados, los abandonados y todo el paisaje “folclórico” que ahora hace parte del cemento, vienen a ser poco o nada porque no contribuyen a la Flecha, y como son poco o nada pues en ningún lugar les atienden sus inquietudes y necesidades a menos que sea “por caridad” (otro sentimiento, que absurdamente, se ha puesto al servicio de la necesidad de sentirse importante). Y  lo particular, es que eso no se dice, o si se dice, se hace de la forma más aburrida y casi que incomprensible (hasta para los mismos periodistas) para que el impacto no sea tan grande ni llegue a mucha gente. Como dicen por ahí “un muerto es una tragedia; 100, son cifra.”
La persona, asustada, pero despreocupada; confiada, pero insegura; capaz, pero subyugada; rica, pero pobre; completamente compulsiva y animada es un producto más de esa cadena que produce dinero a algunos.
Sí, el comprador es la pieza fundamental de esa empresa y es fabricado por los medios de comunicación, por los productos, por todo. Porque no importa el costo que pague el planeta, u otros humanos, el producto-hombre es lo que mantiene toda la riqueza del sistema.
El afán de poder no tiene límites… el afán de controlar y de seguir creando personas controlables no tiene límite en las mentes perversas de los que manejas las marionetas, pero el planeta si lo tiene.
El civil, el ser humano, la persona que nació como pedazo del Sistema, que no cuenta si no contribuye a la Flecha Dorada, se expone frente a una cantidad de información sobre terribles acontecimientos que lo llenan de terror, e incluso de inseguridad en si mismo. Al punto tal, que viéndose acorralado por tantos campos de acción sin resolver, tantos vacíos sociales, decide que lo que más puede hacer es el quehacer de su propia vida, buscar realizarse, “ser alguien en la vida”.
Cuando el civil corre de las situaciones agobiantes se da cuenta de que si engrandece su propio rededor, el ruido de sus actividades silencia los problemas de las de los demás. Allí, se crean dos vertientes. Los que no logran desprenderse del todo y buscan continuamente fuentes de seguridad y los que lo logran al punto tan de segregarse del devenir de su comunidad.
Los primeros, son los que más consumen información en búsqueda de algo confiable en quien despojarse de sus preocupaciones. Y los segundos son los que confían en que alguien más, cualquiera, se encargará de los problemas. Es decir, es tan difícil corregir el mundo, que en vez de unirse a cambiarlo, las personas delegan todas las actividades en algunos que prometen hacerlo por ellos, pero que están más hambrientos por su propia individualidad. Delegan su capacidad de decisión, su capacidad de acción; es decir, se amoldan a la masa que habrá de controlar el héroe.
Y lo que es peor, nuevamente gracias a un manejo determinado de los medios de comunicación, es los individuos se han ido creyendo el cuento de que no solamente es difícil actuar, sino que  también lo es pensar;  entonces, incluso su criterio y sus decisiones personales se las delegan a otros y esos otros son principalmente los medios de comunicación. Como las personas no participan en el espacio de debate público, porque las problemáticas son muy agobiantes, desconocen la existencia de problemas y fenómenos que van emergiendo, hasta el punto en que cuando le hablan directamente de eso, se siente desorientado porque está desconectado de todo. Así, ante el ridículo y el miedo a la exposición directa, se suma a la opinión de tal o cual medio, porque, además de que es fácil de acceder a ella, cree que ésta “debe” estar sustentada en aquellos que si saben por que sí vigilan “la verdad”.
El problema está no sólo en que se convence muy fácil de lo que es correcto o lo que no, sino en que no tiene forma de saber si aquellos que cree que saben, porque están pendientes, lo hacen o no.  
Por otra parte, como aquel que está en el poder, tiene más capacidades que él, porque tiene o más cosas o más poder… o ambas, la persona se afianza en una especie de endiosamiento del líder, donde le achaca la suerte del líder a algo místico y no a la persuasión tan agresiva a la que como él han sido expuestos todos los que lo eligieron consciente y activamente, o no.
Porque en el resaltar continuo de la gran capacidad que tal o cual tiene para premiar o castigar y la autoridad con la que habla, reside y se expande por los medios de comunicación que son quienes escogen los momentos que han de ser mostrados y los que no.
Un ejemplo de ello es que durante la confrontación diplomática entre Hugo Chávez y Álvaro Uribe  los mismos hechos adquirían visibilidades y sentidos distintos en los medios de comunicación en cada país. Para Colombia, Chávez, pasó a ser el diablo; y para la Venezuela de Chávez, Uribe, el oligarca. Sin importar quién tenía razón en qué, lo importante a resaltar es que los contenidos polarizaron a las poblaciones al punto tal en que había una consciencia colectiva de amenaza permanente que por poco justifica una guerra (como después lo confesó Uribe).  Y para explorar un poco eso, cabe decir que ¿no se supone que no se puede juzgar a una persona que no se conoce? ¿Cuántos conocen a Chávez o Uribe personalmente? ¿Entonces?... ¡Fácil! Lo que conocen no son las personas sino las imágenes que ellos han proyectado y desacreditado entre sí, dependiendo el bando. En resumen, las personas no tienen ni idea de cada uno más allá de lo que en los medios se ha mostrado de ellos. Su creencia es la que los medios de comunicación han creado, por no darle más herramientas que la exposición continua e indefensa.
Y en todo momento actúan los medios de comunicación, que si están a favor de determinados intereses, bien sean políticos, económico o sentimentales,  extienden esa cortina de humo  por lo público, que no sólo busca tamizar cierta realidad, sino que también otorga una especie de religiosidad a todo el sistema. Crían al hombre-masa para formarlo en hombre-producto.  
Es claro que una manipulación de estas tres características tiene una empresa motora de capital y poder que se alimenta de la ambición de muchas personas. La corrupción no es sólo de políticos y millonarios, hasta militares, periodistas, economistas, secretarios etc… han sido seducidos por el canto de sirena del poder prometido, el que los pone a trabajar por algo que nunca será de ellos. Pero más grave aún es que todo esto es posible al sueño profundo en que la rutina nos converge.
Porque la sociedad de la producción y el utilitarismo ha creado una máquina mundial de consumo y producción que logra, además de degradar la cultura al punto de asimilar eso como un hábito, distraer lo que naturalmente es público en un afán prefabricado por el consumo y por preocupaciones creadas. La sociedad se ha tornado en la fábrica de compradores con vida útil y finita.
¿Y qué hacer? Como personas,  despertar. Establecer que la felicidad es única para cada individuo y debe estar en armonía con la libertad y la autonomía. Hacer, con consciencia ¿Quién debe concretar cuál y cómo se alcanza ese fin último, sino es cada uno con criterio? El problema no es que haya muchas voces, el problema es que no se escuchan y no se debaten, no se concilian. El problema es que nos acostumbramos a postergar, aplazar, minimizar y delegar las discusiones, como si ellas fueran un mal para las cabezas y no la forma de aprender mutuamente y llegar a soluciones.
Como periodistas, ser buenas personas. Pensar en la naturaleza de la profesión, es decir el bien común. Porque si la masa no sabe lo que piensa, lo que desea o lo que debe hacer, necesita un profeta que le revele la verdad de los designios de Dios y los arcanos del futuro. Es decir, nosotros también, además de ser individuos, somos prefabricados como maquinitas de macro-producción cultural. Estamos envenenándonos solitos. Morfina y formol en la cama de todos.

Trabajos citados

Marina, J. A. (2008). “El poder político”. En J. A. Marina, Marina, José Antonio. “El poder político”. EnLa pasión del poder: Teoría y práctica de la dominación (págs. 185-208.). Barcelona: Anagrama.
Thompson, J. (2005). La nueva visibilidad. University of Cambridge, Papers 78, 11-29.



[1] (Thompson, 2005)
[2] (Marina, 2008)

miércoles, 23 de mayo de 2012

DE LO JUSTO LO INJUSTO Y NOSOTROS TAN INOCENTES


Que si es o no justo que haya militares en la cárcel y ex guerrilleros gobernando, es complicado. Hay que comenzar por decir que a pesar de los grandes esfuerzos que constantemente las guerrillas, el Estado y las Fuerzas Militares hacen para justificar sus acciones, en Colombia ninguno de estos actores ha sido ni es un santo. Lastimosamente, aún siguen surgiendo estos discursos redentores, políticos e idealistas al extremo, que venden una ilusión de “superman” salvador que le promete a la opinión pública solucionarlo todo.
Parece evidente que figuras como Gustavo Petro, Antonio Navarro Wolff, Vera Grabe, Rosemberg Pabón, Libardo Parra, entre otros, por estar tan ligadas a las actividades de interés público y haber salido en la agenda mediática, causen polémica sobre la relación entre su pasado y su presente. Todos son víctimas de juicios, buenos o malos, por haber militado en el M-19, movimiento que salió a la luz pública en 1974 con el Robo de la Espada de Simón Bolívar. Pero el odio que generalmente despiertan y por lo que se les cataloga como culpables ¿de dónde viene? ¿De qué se les puede culpar? ¿de la Toma al Palacio de Justicia? No creo, Petro en la Picota y Navarro en Cuba recuperando medio rostro y una pierna y los demás guerrilleros de la toma, muertos con excepción de Clara Enciso, deja mucho que pensar.

Es necesario recordar que en un determinado momento el M-19 sí abanderó la paz del País, tal vez no de los mejores modos, pero sí le ganó a Turbay en ese pulso político . Muestra de ello es que aún después de la toma, ganaron legítimamente 19 puestos en la ANC (Asamblea Nacional Constituyente) del 91.

Además, aclaremos, sobre todo para aquellos que defienden a los militares que han sido condenados por la desaparición de 11 personas (juzgados por eso y no por la fuerza desproporcionada e improvisada con la que se hizo la retoma) que eran ellos los que estaban a cargo custodiarlos. Además que los miembros desmovilizados del M-19 fueron indultados y que es imposible que los guerrilleros de la toma, estando muertos, (a exepción de Clara Enciso que salió viva de allí por haberse desmayado en el momento en que Irma Franco, una de las desaparecidas, era detenida .) sean los responsables de la desaparición de estas personas, que fueron vistas, en fotos y videos, saliendo del recinto aún con vida. 

El indulto puede causar la impresión de haber sido manipulado, pero en realidad, fue producto del miedo a que, de no hacerse la negociación, el M-19 no se desmovilizara y matara a más personas y el Gobierno se siguiera deslegitimando. Vale aclarar que éste sólo aplica a crímenes políticos y que en ese momento los militares involucrados renunciaron a él por su propia voluntad, porque era claro que una autoridad legítima no se podía poner al nivel de una guerrilla; así que es falso que se haya discriminado a los militares, aplicando la ley en favor a las guerrillas.

Entonces, aquellos que ya estaban en la cárcel, como Petro, se les absolvió el resto de condena que quedara pendiente, siendo así, ¿se puede discriminar, en un país democrático, a una persona legalmente indultada que se ha desmovilizado y reinsertado a la vida civil? Sí, tal vez se puede, pero eso no cambia nada. Y menos si los argumentos en contra de las acciones políticas de éstos surgen de falacias ad hóminem (que juzgan a la persona por ser quienes son y no a sus argumentos). 

Que el Coronel Plazas Vega diga que el juez de su caso debió declararse impedido por ser del partido del Polo Democrático es algo ingenuo e insensato. Claro por la rabia y la impotencia, es comprensible, pero es que partir de la concepción de que por ser de ese partido no puede juzgarlo es entender que él o los integrantes de dicho partido 1) fueron guerrilleros o 2) están de acuerdo con la guerrilla o 3) tienen un interés con este grupo armado o cualquier situación similar. Pero aún si así fuera, no queda claro qué inhabilitaría al juez, porque no todos los pertenecientes a un espectro político de izquierda piensan en tomar el poder por la vía armada o en que es válido matar a gente inocente por sus pretensiones políticas. 

Es ridículo. Entonces Gabriel García Márquez, que a pesar de que no apoya a ningún partido, ¿también sería un asesino hipócrita por su amistad con Fidel Castro? Él mismo dice  que se fue de Colombia porque le temía a los militares ya que sabía que tenían una orden de captura para llevarle a interrogatorio en la Escuela de Caballería y podía pasar por la misma situación que el poeta Luis Vidales, interrogado por el robo de armas del Cantón Norte en 1978, bajo aquella figura exagerada del Estatuto de Seguridad del periodo presidencial de Turbay .

Ese es un ejemplo, pero gracias a discursos de esa clase es que se ampara la impunidad en crímenes basados en generalizaciones políticas, como el genocidio de la UP porque, que como lo afirma Carlos Velázquez, fue innegable el proceso de aniquilamiento sistemático de muchos de sus miembros, en el que se impuso la impunidad jurídica, política y social.   Hubo un discurso de violencia y discriminación, porque buena parte de los miembros de este movimiento político veían tomaron el proyecto como una oportunidad para hacer política de oposición y de izquierda desde la legalidad y le apostaron a la institucionalidad, dejando las armas. Ellos creyeron en la posibilidad de hacer política limpiamente, sus asesinos, no. 

El 6 de Noviembre del 85,  sucedió la que David Bushnell designa como la más sorprendente operación del M-19, la toma del Palacio de Justicia . El hecho dejó, después de dos días, un saldo final de 14 militares, 35 guerrilleros y 46 civiles muertos, dentro de los cuales 11 eran magistrados titulares y 6 auxiliares. Allí quedaba ubicada la sede de la Corte Suprema de Justicia y de otras oficinas judiciales, y se hallaban varios expedientes y documentos judiciales de los ‘extraditables’. Cosa que ha provocado la teoría de que los Narco hubiesen sido los actores originales de la toma, pero ¿habrían muerto los guerrilleros por eso? 
Con la idea de ‘juzgar’ públicamente a Betancur, (en realidad, le exigían atención, por los celos que le despertaban las negociaciones de paz que el Gobierno había centrado en las Farc durante ese periodo) los guerrilleros ingresaron por el parqueadero, eliminando a dos guardias que habían quedado a cargo de la  vigilancia, dos días después de que la policía hubiera retirado el dispositivo de seguridad especial que había operado por 21 días tras haber descubierto en un allanamiento el plan de la toma que tenía esta guerrilla. Curiosamente, el Teniente Coronel de la Policía Nacional aseguró que el presidente de la Corte Suprema de ese momento, Alfonso Reyes Echandía, le había ordenado verbalmente retirar las tropas , sabiendo que un militar no puede acatar esas ‘órdenes’ de un civil que no tiene capacidad ni funcional ni presidencial de darla. Claro, la Comisión de Verdad estableció que era una mentira, pero gracias a ese posible descuido del Teniente Coronel, los militantes del M-19 tomaron como rehenes a magistrados, visitantes, empleados, administrativos; los amedrantaron, los amenazaron y durante el ataque fue quemado, y aun no se sabe por quién, el 80 porciento de la jurisprudencia allí guardada . 

Jesús Armando Arias, José Luis Vargas Villegas, Alfonso Plazas Vega, coordinaron la Brigada 13, la encargada de la operación de Retoma y desde un improvisado cuartel ubicado en ‘La casa del florero’, Edilberto Sánchez Rubiano, recibía a los rehenes rescatados que no estaban heridos para identificarlos y establecer su posible participación en los hechos.  Lo curioso es que diversas entrevistas han dado versiones contrarias y se han echado la culpa entre ellos. 

El coronel Alfonso Plazas Vega fue el primer condenado con 30 años de prisión y era el comandante de la escuela de artillería. El oficial Jesús Armando Arias Cabrales, que además de coordinar las operaciones militares, permanecía informado sobre la situación en la Cada del Florero, donde, como ya se dijo antes, Edilberto Sánchez Rubiano, quien también ha sido juzgado por desaparición, estaba encargado de recibir a los rehenes rescatados y establecer con interrogatorios si tenían o no nexos con la toma guerrillera. Y a José Luis Vargas, lo encontraron… inocente. Entre otros acusados se encuentran Iván Ramírez y Carlos Fracica (ver pie de página 11). Y a Betancur y al en ese entonces ministro Miguel Francisco Vega Uribe, les precluyeron el proceso por no encontrar pruebas suficientes de que había ejecutado una orden. Claro, Plazas Vega definitivamente no podía manejar todo a su antojo, tenía que seguir una línea de mando . Pero eso es más triste aún ¿Había corrupción en más de un oficial al mando?

Por otra parte, se sabe que ni los ex – presidentes (Pastrana y Betancur), ni los ministros percibieron la posibilidad del diálogo como resolución del conflicto . Sin embargo, es necesario enfatizar que Betancur se la jugó todo por el todo, porque así como la negociación de Turbay en la Toma a la Embajada de República Dominicana mejoró la imagen internacional de Colombia en Derechos Humanos, dejó en el País una impresión de debilidad por parte del Gobierno y seguramente otro proceso similar al viaje a Cuba iba a dar mayores motivos al M-19 y a las guerrillas para alegar que no había un Estado realmente legítimo. Es posible que ahora se opine sobre y se descuere a todos los involucrados en el Holocausto del Palacio de Justicia, pero no podemos saber qué habría pasado si… ya que no superaremos un hubiera podido ser. 

“Terminada la guerra de las balas la granadas y los rockets, llego la hora de la guerra de las versiones y especulaciones. (…)Se dijo que toda la operación había sido montada para borrar los archivos de algunos narcotraficantes extraditables. Se aseguró que lo guerrilleros se habían amarrado a los rehenes y a cargas de dinamita y que habían volado con ellos. Se dijo que hubo ejecuciones a sangre fría de los magistrados por parte de los guerrilleros. Hay incluso versiones según las cuales algunos guerrilleros salieron con vida del Palacio y que luego fueron ejecutados.” (Semana.12 junio 1989. “28 horas de terror”: versiones y consecuencias, párrafo 1.)

La Toma no sólo penetró en la agenda mediática del mundo, no sólo puso la legitimidad del Estado en la cuerda floja sino que se le ‘metió al rancho’ y causó un episodio que hoy en día sigue trayendo culpables, investigaciones y problemas con los Derechos Humanos.

¿Si los exguerrilleros  se arrepienten, o no? Sólo Dios sabe… pero no debe ser fácil seguir con la cabeza en alto, después de un pasado por el que ya han pedido perdón y que tratan de reivindicar desde la política. Porque si no, bien podrían todos estos actuar como Libardo Parra, ¿no? 

Lo que si es un hecho es que los colombianos no tienen memoria y gracias a cajitas mágicas de entretenimiento y al consumo nos hemos educado a que es mejor prescindir de ella, del espíritu crítico, del deber político e incluso del estudio de temas que proponen retos intelectuales que no se solucionan con un plumazo un billete o un bonito cuerpo. A lo mejor habría que replantearse esas generalizaciones que rondan el colectivo común colombiano. 

Hay que considerar que no todos los políticos son corruptos, no todos los exguerrilleros siguen involucrados con las actividades armadas y por supuesto no todos los militares son sádicos… no todos los estudiantes estudian de verdad.

Ya que, mientras nos preocupamos por estigmas y prototipos a veces, hemos descuidado un poco el concepto de verdad, de justicia, como si se creyera que es mejor que lo hagan los otros, por peligro, miedo e incluso pereza.  

Encontramos muchas acepciones de justo, como sustantivo, como ideal del Derecho positivo, como una justificación, como un discurso político… etc. Para la ley colombiana hubo indulto; para la CIDH no es justo que se dé amnistía y absolución a crímenes de lesa humanidad; y para la moral, todos tienen una oportunidad para cambiar. Depende de cada quien. Pero, lo que sí es cierto, es que con blasfemar y maldecir, los muertos no reviven, la historia no cambia y tampoco somos felices. Tal vez habría que preguntarse si el perdonar es un acto de amor hacia el otro o un acto de sensatez, respeto y compasión a sí mismo.

Claro, es facilísimo decir que el que perdona y pone la mejilla dos veces es un descerebrado, pero todo es 
cuestión de personalidad. Acaso porque nos lo han enseñado ¿el ‘exitoso’ es exitoso y, por eso, feliz? No creo que haya una persona con más carácter que aquella que perdona, reflexiona y actúa ¿Es algo idealista? No tanto, porque no es un llamado a ser perfecto, es un llamado a ser sensato.

No pretendo ser consciencia de nadie, ni juez. No conozco ni he entrevistado a ningún ex - guerrillero, nunca he sido víctima de un ataque de estos, pero como todos los colombianos, también he sido payaso, muñeco y juguete de una manipulación que no puede ser adjudicada a nadie, porque allí está la gracia del juego. También he sido medio, masa y ser humano burlado por intereses políticos, económicos y sociales.


Bibliografía
2010 Jorge Aníbal Gómez Gallego, José Roberto Herrera Vergara, Nilson Pinilla Pinilla. Informe final de la Comisión de la Verdad sobre los hechos del Palacio de Justicia. Bogotá: Editorial Universidad del Rosario,2010.

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Causa No. 2009-0203. (JUZGADO CINCUENTA Y UNO PENAL DEL CIRCUITO, 28 de abril de 2011).

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Velázquez, Carlos Alfonso. «Esfuerzos de pacificación oscurecidos.» En La esquiva terminación del conflicto armado en Colombia, de Carlos Alfonso Velázquez, 75 - 123. Bogotá: Carreta Esditores E.U, 2011.


jueves, 2 de junio de 2011

“Peñaloza es la piedra en el zapato para el proyecto progresista”, Ricardo Rosanía.

Ricardo Rosanía, integrante del Nodo Nacional del movimiento Progresista, explicó que “la alianza es con Mockus, no con los Verdes”. Dijo que Enrique Peñaloza es la “piedra en el zapato” y que está atravesando la simpatía y la unión de Gustavo Petro y Antanas Mockus en la candidatura del líder de los progresistas por  la Alcaldía Mayor de Bogotá.

Desde el año pasado, cuando Antanas expresó su interés por que Petro se uniera a los Verdes en la iniciativa Acordemos el Futuro, Peñaloza se opuso. “Antanas privilegió una serie de alianzas con Fajardo, Peñaloza y Lucho y eso produjo un distanciamiento entre Mockus y Gustavo -Explicó Rosanía- La cercanía entre ambos tiene varios antecedentes desde la primera alcaldía de Mockus (…) La identidad y la visión política de éste desde su Teoría de los Valores y la Cultura Ciudadana y la lucha por la trasparencia y Anticorrupción de Petro hacen que las visiones y propuestas de ambos dirigentes políticos tengan vínculos programáticos muy estrechos (…) No es de extrañar, la proximidad de Peñaloza con Uribe, porque mantienen vínculos de derecha, teniendo en cuenta que cuando fue fórmula para la candidatura a la alcaldía en las elecciones del 2007 el ex presidente se pronunció en su apoyo.”


También dijo que hasta que no se resuelvan los problemas internos de los Verdes, “porque la mayoría está de acuerdo con Peñaloza”, se estará a la expectativa de esa posibilidad de “construir un proyecto de largo plazo; porque el movimiento Progresista no es un partido aún, sino una propuesta en crecimiento” y admitió que se observa la posibilidad de que Mockus deje el Partido Verde y se ponga de acuerdo con Petro para construir la propuesta que en el futuro podría tener el nombre de Progresistas Visionarios o Demócratas. “Nuestra discusión no es por el nombre lo que queremos es desarrollar un proyecto Social-Demócrata (…) Nosotros, somos una izquierda moderada hacia centro, somos demócratas, tenemos diferencias con la Derecha y también con Enrique.”

Después del debate de la conducción del Polo Democrático, Petro de separó y se creó el movimiento Progresista, “un movimiento ciudadano”, que está en proceso de organización. Ahora, buscan instalaciones para una sede en Bogotá y su mayor apuesta es a la Alcaldía Mayor. “A Gustavo le va bien en Bogotá tuvo 70.000 votos en la Cámara de Representantes, 30.000 en el Senado y, según encuestas del partido, un 95% de la población lo reconoce” agregó Rosanía.  

Bajo el Eslogan de ´Una Bogotá Humana Ya´ esta visión “propone la reestructuración de lo Humano en la ciudad y la sociedad”. Su candidatura se basa en cuatro ejes programáticos principales: Lucha contra el crimen organizado, humanizar  el trasporte público, recuperar el tema ambiental de Bogotá y educación superior gratuita.

Según el profesor Jorge Carvajal, Exdirector del ILSA, sociólogo con maestría en Estudios Políticos, es desafortunada la salida de Petro para El Polo Democrático, porque representaba de buena forma, una de las tantas tendencias que existen dentro del mismo grupo. “Ahora, el Polo quedó como la única izquierda en el país, un poco extremista, debilitada tras el escándalo de Samuel Moreno y con incapacidad para el mantenimiento de su diversidad.

Además, dijo que Petro está colocando soluciones innovadoras sobre temas recurrentes: desigualdad, movilidad, seguridad… “En general, sus propuestas plantean cosas que ponen a pensar y eso es positivo: como el fortalecimiento de espacios urbanos dentro de la ciudad para lograr una convivencia de distintos estratos, con valorizaciones de vivienda, seguridad; y para plantear una lógica de movilidad más coherente”. Pero, expresó que existiría un problema de continuidad “Está la situación del metro, que por lo visto no tiene mucha prioridad para él. Eso puede implicar un inconveniente vaivén de la ciudadanía supeditada al deseo y plan del gobernante y no a las necesidades de sus realidades sociales”.

Sin embargo, Rosanía respondió a lo anterior exponiendo que los Planes de Petro no dejan de lado al Metro. “la idea es finalizar los 17 canales de Transmilenio, de los que sólo tenemos 4 hechos, centrándonos en el objetivo vial no de ´embellecimiento´ de andenes que por arreglarlos desarreglan los demás carriles y se gasta el triple de recursos; además, retomar el proyecto del Metro con los planos iniciales, y no el ´Anti técnico´, como lo califica Petro, propuesto por Moreno, que iba de la 13 a la 72. Hay que hacer uno que comunique desde la parte occidental, Bosa y Kennedy hasta la 170. Debemos dejar de ´segregar la ciudad´, hay que crecer para arriba, densificar la parte de la av. 68, la autopista sur y la calle 72. Esa es la idea del Centro Envolvente.”     

Finalmente concluyó con “Estamos formándonos y a largo plazo aquí estaremos”, y que el movimiento y la campaña se centran en lograr una dinámica activa, recolección de firmas y apoyos espontáneos “Otra cosa que compartimos con Mockus son los jóvenes, las redes sociales, y a ellos no les gusta eso del carnet político o la militancia política. En algún momento habrá una organización, pero por ahora es espontáneo y flexible”.